Puerto Rico en la encrucijada del cambio climático

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El vaivén de las olas y el cálido resplandor del sol, una vez tranquilizadores, ahora provocan una ansiedad latente en la mente de los puertorriqueños.

Donde antes se extendía una franja dorada de arena, ahora el agua avanza, devorando la costa, debido al alza en el nivel del mar y la erosión costera.

Las altas temperaturas, desafiando récords mes tras mes, han trastocado la cotidianidad de la isla. En las aulas escolares, el calor perturba la concentración de los estudiantes y dificulta su aprendizaje.

Estas transformaciones son ejemplos de la nueva realidad que enfrenta Puerto Rico ante la crisis climática.

Resulta ser que el cambio climático, en un pasado visto como un problema distante, ya ha tocado la puerta de prácticamente todos en el mundo, incluyendo a los puertorriqueños.

Sin embargo, al tiempo que expertos exigen urgencia de parte del gobierno y las entidades privadas para atender la crisis climática, estos señalan un despertar en la conciencia de una gran cantidad de boricuas.

“Yo recuerdo que hace, qué sé yo, siete u ocho años, la gente hablaba del cambio climático en futuro. ‘Eso va a pasar, eso va a pasar’. Pero creo que ahora la gente, precisamente porque lo está viviendo constantemente, pues ya finalmente estamos hablando en presente. Estamos siendo impactados por el calentamiento global”, expresó el director del programa El Puente-Enlace Latino de Acción Climática en Puerto Rico, Federico Cintrón Moscoso.

Si bien el antropólogo sostuvo que las personas están más conscientes de la conexión entre el calentamiento global y fenómenos como, por ejemplo, la sequía, los huracanes y el calor, aún queda mucho camino por recorrer.

Particularmente, Cintrón Moscoso denunció la poca atención que percibe del gobierno para atender la situación en la isla.

“Hay una laguna muy grande entre lo que la ciudadanía espera que el gobierno esté haciendo y lo que el gobierno está llevando a cabo. Son bien pocas las iniciativas serias que el gobierno está llevando para atender la crisis climática. Sobre todo porque los fenómenos climáticos se están mirando desde una perspectiva de la emergencia. Eso quiere decir que no es hasta que ocurren que entonces el gobierno emite estados de emergencia”, estableció el director del El Puente en Puerto Rico.

Además de exigir que se aborden los desafíos ambientales desde una mirada proactiva de preparación, el profesor universitario lamentó que el gobierno no haya establecido una moratoria en las construcciones en la costa, y que por el contrario, continúe facilitando el desarrollo en zonas marítimo terrestres.

Respecto a las problemáticas ambientales en la zona costanera, la organización Amigxs del Movimiento Ambiental Revolucionario (M.A.R.) recopiló, el año pasado, información sobre el estatus de las costas, a través de 231 denuncias de ciudadanos.

Durante tres meses, el colectivo realizó viajes de campo para verificar los datos, completar un análisis y un mapa de costas.

Se identificaron, alrededor de la isla, 38 playas cerradas o con bloque de acceso, 22 terrenos en la zona costanera a la venta y 67 zonas cerca de la costa con proyectos de construcción en curso.

Los municipios con mayores denuncias fueron Patillas, con 43; y Yabucoa, Loíza y San Juan, con 13 cada uno.

Ante el panorama, la científica climática y fundadora de la organización Climate Trace PR, Isatis Cintrón Rodríguez, se mostró esperanzada, pues resaltó las iniciativas que se ejecutan alrededor del 100×35, como la siembra de mangles y de corales, y la instalación de placas solares en los techos de hogares.

“Me da bastante esperanza las historias de las personas que están trabajando. Aunque lamentablemente, sí, se necesita poder escalar esos esfuerzos y tener un apoyo más institucional, pero esas historias definitivamente te tocan el corazón”, dijo la investigadora postdoctoral en la Universidad de Columbia.

Para aumentar las luchas ambientales, Cintrón Rodríguez indicó que es fundamental atender primero las barreras que se interponen, como lo es la falta de espacios de participación ciudadana en los procesos gubernamentales.

Asimismo, la directora ejecutiva de Climate Trace PR mencionó la necesidad de la rendición de cuentas en los temas ambientales.

Por su parte, el catedrático Cintrón Moscoso enumeró los pasos que considera primordiales para enfrentar el cambio climático en el archipiélago, tales como acelerar la transición energética, aprobar una nueva ley de costas para replanificar estas zonas, implementar el concepto de infraestructura verde y habilitar refugios de calor en los centros urbanos, entre otros.

Aunque sembrar corales, por ejemplo, no solucionaría el problema del todo si las grandes corporaciones y gobiernos continúan permitiendo la emisión de contaminantes, la científica explicó que, a corto plazo, contribuye a salvaguardar las costas y restaurar los ecosistemas.

“No es un ‘esto o lo otro’. No es como una sola manera en la cual actuar, pero necesitamos todos los niveles actuando”, enfatizó Cintrón Rodríguez sobre la imperatividad de asumir todos los frentes.

Desde la organización que lidera, la doctora en Química Atmosférica y Climatología facilita el intercambio regional e internacional, al participar en asambleas climáticas, como la Conferencia anual de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Además, Climate Trace PR lanzará, entre mayo y junio, un proyecto colaborativo con la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y la Sociedad Ambiente Marino, en el que trabajarán directamente con tres comunidades —ubicadas en Salinas, Loíza y Culebra— para desarrollar planes de adaptación al cambio climático a nivel local.