Harris supervisará certificación de su derrota ante Trump cuatro años después del asalto al Capitolio
WASHINGTON (AP) — La vicepresidenta Kamala Harris deberá presidir el lunes la certificación de su derrota ante Donald Trump, cuatro años después de que él intentara impedir el mismo proceso que ahora lo llevará de nuevo a la Casa Blanca.
En un mensaje de video, Harris describió su papel como una “obligación sagrada” para asegurar la transferencia pacífica del poder.
“Como hemos visto, nuestra democracia puede ser frágil”, dijo. “Y depende de cada uno de nosotros defender nuestros principios más preciados”.
Harris se unirá a una breve lista de otros vicepresidentes que han supervisado la confirmación ceremonial de su derrota electoral como parte de su función de presidir el Senado.
Richard Nixon lo hizo luego de perder ante John F. Kennedy en 1960. Al Gore hizo lo mismo cuando la Corte Suprema de Estados Unidos inclinó la elección del 2000 a favor de George W. Bush.
Pero ningún otro vicepresidente ha tenido que sostener el martillo al momento en que el Congreso certifica su derrota ante un presidente entrante que se negó a reconocer una derrota anterior. Además de difundir mentiras sobre el fraude electoral, Trump dirigió a sus seguidores a marchar hacia el Capitolio de Estados Unidos, donde interrumpieron violentamente los procedimientos el 6 de enero de 2021 en que se formalizaba la victoria de Joe Biden.
Harris se encontraba en la sede del Comité Nacional Demócrata en Washington ese día. Se descubrió una bomba hecha con un tubo cerca y fue evacuada del edificio.
Durante la campaña, mencionó reiteradamente el ataque del 6 de enero para advertir a los votantes sobre el peligro de devolver a Trump a la Casa Blanca. Lo describió como un “tirano mezquino” y “dictador en potencia”.
Luego que Harris perdiera la elección y su candidatura para ser la primera presidenta del país, prometió en su discurso de concesión honrar la voluntad de los votantes.
“Un principio fundamental de la democracia estadounidense es que cuando perdemos una elección, aceptamos los resultados”, subrayó. “Ese principio, tanto como cualquier otro, distingue a la democracia de la monarquía o la tiranía”.
No se esperan interrupciones el lunes. Karoline Leavitt, portavoz del equipo de transición de Trump y la próxima secretaria de prensa de la Casa Blanca, dijo que habrá “una transición de poder tranquila”.
“Cuando Kamala Harris certifique los resultados electorales, el presidente Trump cumplirá su promesa de servir a TODOS los estadounidenses y unificará el país a través del éxito”, aseveró en un comunicado.
Leavitt no respondió a una pregunta sobre el intento de Trump de usar el proceso de certificación para anular su derrota hace cuatro años. En ese momento, Trump alentó a su vicepresidente, Mike Pence, a descalificar votos de estados clave basándose en falsas acusaciones de fraude.
Pence se negó. Los partidarios de Trump irrumpieron en el Capitolio y detuvieron los procedimientos, obligando a los legisladores a esconderse por su seguridad. Trump publicó en redes sociales que “Mike Pence no tuvo el coraje de hacer lo que debería haberse hecho”.
La policía eventualmente despejó a los alborotadores del edificio, y los legisladores se reunieron de nuevo para finalizar su certificación. Muchos republicanos aún votaron para apoyar los desafíos al resultado electoral.
“No tenía derecho a anular la elección”, dijo Pence dos años después. “Y sus palabras imprudentes pusieron en peligro a mi familia y a todos en el Capitolio ese día, y sé que la historia hará responsable a Donald Trump”.
Trump enfrentó cargos penales por intentar mantenerse en el poder a pesar de perder. Sin embargo, el fiscal especial Jack Smith desestimó el caso federal contra él después que Trump derrotara a Harris, dado que la política de larga data del Departamento de Justicia establece que los presidentes en funciones no pueden enfrentar procesos penales.
Un caso separado en Georgia sobre los intentos de Trump de subvertir la elección de 2020 está envuelto en controversia debido a la relación romántica de la fiscal del distrito del condado Fulton con un fiscal que contrató para encabezar el caso.
El ejemplo más reciente de un vicepresidente certificando su propia derrota ocurrió después de la elección de 2000. La batalla entre Gore y Bush terminó en la sala de justicia mientras las campañas discutían si Florida debería realizar un recuento.
Bush ganó en la Corte Suprema de Estados Unidos, evitando un recuento y permitiendo que su estrecha victoria se mantuviera.
El Congreso certificó los resultados el 6 de enero de 2001, a pesar de las objeciones de algunos demócratas.